Kenzaburō Ōe tenía 28 años cuando nació su hijo Hikari, que en japonés significa "luz". Los médicos le dijeron que mejor era dejarlo ir: la operación que le quitaría la protuberancia de su cráneo (a causa de una hidrocefalia severa) era muy riesgosa y le dejaría secuelas complejas. La mujer de Kenzaburō, Yukari, dijo que prefería morir ella antes de dejar morir a su hijo. En ese entonces, Kenzaburō ya escribía y los recuerdos de su infancia narrados en
La presa le habían traído su primer reconocimiento literario. Pero su escritura se posó sobre otra infancia: la de Hikari, que empezó a crecer sin poder comunicarse.
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La familia Ōe |